Los sensores PIR (Passive Infrared) son dispositivos electrónicos que detectan el movimiento de personas o animales a través de la radiación infrarroja emitida por el cuerpo. Estos sensores se utilizan comúnmente en sistemas de seguridad para detectar intrusiones, pero también se pueden utilizar en otros tipos de sistemas automatizados, como iluminación y control de temperatura. Los sensores PIR funcionan mediante la comparación de la radiación infrarroja emitida por el cuerpo con la temperatura ambiente. Si detectan una diferencia significativa, envían una señal a un controlador que activa una respuesta, como encender una luz o activar una alarma. Los sensores PIR son muy sensibles y pueden detectar movimientos a varios metros de distancia, por lo que son muy útiles para aplicaciones de seguridad y automatización del hogar.